Red de Corrupción en la Educación se Destapa; Operadora se Escuda en Figura de Delfina
EDOMEX. – Una red de nepotismo, tráfico de influencias y presunto desvío de recursos operada por Elvira Marín Sánchez
Subdirectora Regional de Texcoco, ha sido destapada por denuncias de trabajadores. La funcionaria actuaría con una impunidad que, si bien no emana directamente de la maestra Delfina Gómez, ella utiliza su nombre como un escudo protector, amedrentando a sus subordinados con la idea de ser intocable por ser su “allegada”, aunque es probable que la titular federal desconozca por completo sus actividades.
TEXCOCO, Méx. – Una intricada red de corrupción encabezada por Elvira Marín Sánchez y Rodrigo Rojas Díaz involucra a maestras que actúan como informantes, amantes e incluso víctimas de extorsión. Entre las operadoras clave destacan:
Laura Patricia Arizmendi
Josefina Mendoza Sánchez
Virginia Judith Coria (directora de la escuela Miguel Hidalgo)
Amantes y cómplices
La red incluye relaciones íntimas que fortalecen su estructura:
Olga Tirado
María Fernanda Cortés Navarrete
Ambas mantienen vínculos sentimentales con los líderes de la red, facilitando la lealtad y el silencio interno.
Víctimas de extorsión
La maestra Lizzeth Cruz fue estafada por 50 mil pesos tras la promesa de una plaza educativa. El supervisor Rodrigo Rojas Díaz operaba este esquema de extorsión, aprovechando su poder para engañar a docentes necesitados.
Mientras tanto, las informantes vigilan y reportan a quienes se oponen a la red, permitiendo a Elvira Marín ejecutar represalias con investigaciones falsas. Esta estructura corrupta convierte la educación en un mercado negro de influencias.
Esta red convierte la educación pública en un feudo personal, donde los puestos y recursos se usan para beneficiar a una élite cercana, todo bajo la sombra de un nombre poderoso que, se presume, desconoce la magnitud de los actos que se cometen en el
Esta pareja de operadores mueve los hilos para crear expedientes amañados, garantizando impunidad mientras premian a su círculo cercano –como a su hijo Ricardo Rojas Hernández, colocado como Representante Jurídico sin experiencia– y desvían recursos públicos, como un camión completo de libros de texto.
Mientras tanto, los trabajadores honestos son removidos con acusaciones inventadas, y la red corrupta sigue operando, amparada en la sombra de influencias políticas.
